La incapacidad de seguir una receta… Sean bienvenidos a La Buena Mesa
- La Buena Mesa
- 3 mar 2019
- 4 Min. de lectura
Desde hace varios años había querido iniciar un blog en el que convergieran mi gusto por hacer cocina y estudiar cocina. Inspirada por mi trabajo de grado y mis ansias de compartir con la gente mis recetas, decidí crear este espacio en el que les publicaré lo mejor de mi repertorio culinario, mezclado con algunas de mis investigaciones sobre historia de la alimentación. Espero profundamente que se animen a leerlo, comentarlo, sugerirme cosas y a hacer los platos que les propongo.
Como entrada inicial me propuse a hacer una receta que jamás había hecho pero que siempre me ha encantado y la quise intentar desde que la probé hace unos 8 años: torta de almojábana. Personalmente, tengo una cierta obsesión por esta torta -la pruebo en cada sitio que la veo-, pero me interesa es más porque su principal ingrediente me parece fascinante en todo sentido. En un taller aprendí que el origen de la palabra almojábana, proviene del árabe almuhubn que significa "hecha de queso"y que es un alimento que surgió en tiempos coloniales, como la mezcla de algún tipo de pan indígena a base de maíz junto con queso -proveniente de Europa. Sin embargo, para los españoles era bastante complicada la idea de concebir un alimento realizado a base de maíz, por lo que hubo un tiempo en el que este amasijo fue hecho con harina de trigo y se fritaban (ya que las esclavas africanas eran las cocineras en muchas casas y dentro de sus tradiciones culinarias estaba esta forma de cocción de alimentos). Desconozco el tránsito hacia hacerlas horneadas y de maíz, pero sin duda me parece que es el ejemplo perfecto para entender la vida en la colonia, ¿no?
Pero bueno, adicional a lo anterior, también busqué retarme a mí misma y a mi imposibilidad de seguir recetas al pie de la letra, siempre encuentro una excusa para no hacerlo… esta vez no fue la excepción: la cantidad de azúcar que pedían me parecía exagerada, en cambio la leche me pareció poca y la ralladura de naranja simplemente no quiso hacer su aparición; en fin, les doy la bienvenida a mi mundo de dilemas en la cocina, lugar perfecto para desenmarañar ideas y encontrar soluciones, mientras se complica la vida con los tiempos de cocción. Ahora sí, les cuento cómo la hice:
El jueves busqué la receta por Pinterest (la red social aliada en la cocina) hasta que dí con una que satisfacía en general mis necesidades culinarias, no muy complicada y con ingredientes fácilmente sustituibles. En mi lista de compra resultaron una cuajada de 250gr y ocho almojábanas, las cuales mi hermana me acompañó a comprar anoche, sábado, pero como el procedimiento requería dejar las almojábanas en remojo, opté por hacer la torta el domingo en la mañana.
Así que en la mañana dominguera me dispuse a hacer la torta, pero desde el primer paso comencé a tener problemas con la receta porque sus instrucciones eran poco precisas. El procedimiento indicaba remojar en leche, por dos hora, las almojábanas, entonces las saqué de la bolsa y las puse en un bowl, y estaba por echarle la leche cuando me di cuenta que todo estaba mal: ¿Cómo se iban a remojar con una taza de leche puestas de esa forma?

Por lo que, siguiendo mi instinto culinario, las troceé y las puse en una refractaria con una taza de leche, y luego me fui a matar el tiempo. Al terminar, los tiempos no fueron más perfectos, y proseguí con mi torta. Mezclé en un bowl 4 huevos con 1/2 taza de panela pulverizada y 1 cucharadita de esencia de vainilla (uso la de marca Frescampo porque es a base de agua y no glucosa). Aparte, como las almojábanas ya estaban blandas -tenían un aspecto poco agradable, a decir verdad- las demenucé, con las manos, y las agregué al bowl y revolví todo muy bien.

Después, agregué la cuajada rayada, el polvo de hornear y tres bocadillos pequeños troceaditos. Lo mezclé todo muy bien y vertí la masa en una refractaria engrasada. Era una mezcla bastante espesa, densa y pesada... tanto que en un momento pensé que esa masa no iba a tomar aspecto de torta jamás. Luego la metí al horno, -aclaro que la pésima receta no traía ni temperatura del horno ni tiempos de cocción-, por lo que nuevamente guiada por mi instinto había precalentado el horno a 180° y comencé por hornear 20min...luego 15min más... luego otros 15min... hasta que 50min fueron suficientes para que, además de que la cocina oliera a almojábana con vainilla, tenía un aspecto precioso.

Y si por fuera se veía tan linda, de sabor estaba buenísima, en la casa fue todo un peligro dejarla en la cocina porque la AMARON, cada vez que alguien entraba y salía iba cortando un pedazo. Es que, diría mi abuela, con ingredientes tan ricos, ¡¿Qué puede quedar mál?!
TORTA DE ALMOJÁBANA

Tiempo de preparación: 2h30min
Tiempo de cocción: 50min
Porciones: 10
Ingredientes:
8 almojábanas medianas
1 taza de leche de vaca
4 huevos
1/2 taza de panela pulverizada
1 cucharadita de esencia de vainilla
1 cucharadita de polvo de hornear
250gr de cuajada rayada
3 bocadillos pequeños
Procedimiento:
1. Trocear las almojábanas, ponerlas en una refractaria mediana, incorporar la leche y dejarlas en remojo, mínimo 2 horas.
2. Precalentar el horno a 180°
3. En un bowl, batir los huevos con la panela y la vainilla. Después agregar la mezcla de almojábana en leche y revolver todo con las manos.
4. Agregar la cuajada, el polvo de hornear y el bocadillo, y revolver hasta obtener una mezcla homogénea.
5. Verter la mezcla en una refractaria engrasada y hornear por 50min. Al sacar del horno, dejar enfriar antes de partirla.
Contenido nutricional: 320kcal; carbohidratos: 32gr, grasas: 13gr, proteína: 16gr.
Mi Lauris qué emoción me da leerte. Esta receta será una excusa para qye mis adoradas sobrinas pasen un tiempo con su tía.
Me voy ya a conseguir los ingredientes para dejar en remojo esta noche las almojábanas y poder hacer la torta mañana. Te enviaré fotos. Un abrazo a ti y a Maria Cami, las recuerdo con mucho cariño.